La propuesta de reforma que hizo el Instituto Estatal Electoral al Congreso del Estado incluye la petición para que se erradique la violencia política contra las mujeres.
En una participación anterior dije que el tema requería de un análisis por separado, ya que primero había que clarificar a qué se referían con violencia política, puesto que hoy en día la Ley Electoral protege la participación política de las mujeres al grado tal que por ejemplo, una planilla para integrantes de ayuntamiento (regidores y alcalde) o una fórmula para diputados, no se registran si no se respeta la equidad de género al 50-50.
Incluso la ley exige a los partidos la postulación de las mujeres encabezando fórmulas en municipios o distritos en donde haya mayores probabilidades de éxito y no como antes que las registraban en lugares perdidos de antemano. La historia electoral resiente nos dice que se han rechazado registros por no cumplir con la norma.
Pues bien, la propuesta de los consejeros del IEE versa sobre los mismo: establecer como directriz de actuación en la postulación de candidaturas, la erradicación de la violencia política contra las mujeres y negar el registro de candidaturas que desfavorezcan a las mujeres si son postuladas en los distritos y municipios donde el partido obtiene menor votación.
Sin embargo si plantea una novedad que sería contemplar la violencia política contra las mujeres como una infracción electoral, lo que puede equivaler a perder un registro, quitar un cargo o alguna sanción de tipo administrativo-económica.
Quisiera creer que antes de presentar esta propuesta los consejeros la debieron analizar a fondo, ya que por un lado se puede convertir en un arma de doble filo: descalificar a un varón al que se le vaya la lengua en una disputa política e incluso hasta en un debate, o provocar al otro para que una vez que caiga en el juego, se le aplique el rigor de esta norma.
Por otro lado, todos los actores políticos, periodistas, analistas e incluso los propios ciudadanos, tendrán que tener extremo cuidado en no decir o publicar nada que a juicio de una mujer candidata o aun precandidata, considere que se trata de violencia política.
Se trata en verdad de un tema que sin duda desatará la polémica una vez que los diputados le entren a discutirlo y si llegara a incluirse en la reforma, provocará más controversia que muchas de las ya existentes, como sería el caso del derecho de réplica.
La propuesta del IEE también contempla que se establezca la integración paritaria de las asambleas municipales de este Instituto. Lo anterior obligaría a los consejeros a integrar las asambleas municipales electorales con el 50 por ciento de mujeres y 50 por ciento de varones.
Esta propuesta también debió ser analizada a fondo, toda vez que los meterá en un verdadero brete para integrar las asambleas municipales. Actualmente la ley señala que “se procurará la equidad de género en la integración de las asambleas”, lo que es correcto, ya que en cada periodo electoral, los consejeros se enfrentan a una terrible realidad de población en los municipios.
Es decir, en algunos lugares no hay mujeres que participen y en otros no hay varones suficientes para completar la cuota y finalmente, a nadie se le puede obligar a participar sólo para cumplir cuotas. Esa es una terrible realidad contra la que no puede ninguna ley.
Habrá que esperar a que los legisladores inicien la discusión con todas las propuestas que se han presentado y de las cuales habremos de resumir aquí en próximas entregas.
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