De acuerdo con la información oficial, los pacientes eran un niño de 11 meses originario de Namiquipa y otro de 7 años de Ojinaga, ambos con enfermedades preexistentes —enfermedad renal y leucemia, respectivamente— y que no contaban con la vacuna contra el sarampión.
Tras el análisis en conjunto con la Dirección General de Epidemiología y la Secretaría de Salud Federal, se determinó que estos casos representan una grave consecuencia de la falta de vacunación, especialmente en personas con condiciones de salud vulnerables.
La doctora Ruiz González enfatizó que las personas no vacunadas pueden convertirse en transmisores del virus, afectando a quienes no tienen defensas suficientes. “Desgraciadamente, estos menores no contaban con la vacuna y el sarampión fue la complicación final que cobró sus vidas”, lamentó.
Además, mencionó que se continúan realizando recorridos en diversas colonias para acercar las jornadas de vacunación, aunque la resistencia a vacunarse en comunidades específicas, como algunos grupos menonitas, ha representado un reto adicional. Como el caso reciente de un adulto menonita de 31 años en Ascensión, quien decidió no vacunarse, evidencia la necesidad urgente de sensibilización.