En una reunión de alto impacto, la gobernadora y las cúpulas de seguridad lanzaron un mensaje que pretende calmar los crecientes temores ciudadanos: aseguraron que los hechos violentos recientes “son aislados” y no representan una ola generalizada… aunque, paradójicamente, reconocieron la urgencia de desplegar operativos especiales contra generadores de violencia, un movimiento que revela la gravedad latente de la situación.
Pese a insistir en que “todo está bajo control”, las autoridades acordaron incrementar de manera inmediata las acciones preventivas y los operativos coordinados para intentar contener cualquier brote delictivo que amenace la frágil tranquilidad en la zona sur del estado.
A la mesa de crisis acudieron las figuras más poderosas del aparato de seguridad: el secretario general de Gobierno, Santiago De la Peña; el fiscal general del Estado, César Jáuregui; el secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya; y los generales Felipe González Moreno y Jorge Alejandro Gutiérrez, comandantes de las zonas militares 5/a y 42/a, respectivamente, cuya presencia subraya la seriedad del momento.
También se reunieron el delegado de la Fiscalía General de la República, Ramón Badillo; el coordinador de la Guardia Nacional, Alejandro Rivas; el comandante del 32 Batallón de la Guardia Nacional, William Chavarría; el representante de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Fernando Ávila; la delegada de programas del Bienestar, Mayra Chávez; y el alcalde de Parral, Salvador Calderón, conformando un verdadero bloque de emergencia ante la tensión que se vive en la región.