El vuelo 895 de United tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia, cuando uno de los pasajeros comenzó a embarrar los baños de la aeronave con su excremento.
La ruta era de Chicago a Hong Kong y aterrizó en Anchorage, Alaska, para detener al pasajero, que esparció sus heces en al menos dos baños del avión e intentó meter su camisa dentro de uno de los excusados.
Cuando aterrizaron, el hombre cooperó con las autoridades, fue interrogado por el FBI y la policía del aeropuerto, después fue enviado al Hospital Providence para una evaluación psiquiátrica.
De acuerdo a varios pasajeros, el hombre sacudió varios asientos a su alrededor y virtió refresco y agua en el piso y algunas computadoras.
Varias personas agradecieron a la tripulación por manejar la situación, además de algunos pasajeros que ayudaron a tranquilizar al joven.